Obesidad y microbiota intestinal
Obesidad y microbiota intestinal
La obesidad se abordó en varias iniciativas de salud, como Healthy People 2010, sin que una condición cumpliera con la meta sugerida de una incidencia de obesidad del 15% de su población adulta. En comparación, los niveles de obesidad han seguido aumentando, y toda la incidencia autoinformada de obesidad entre los adultos aumentó en un 1,1 por ciento desde 2007 hasta el presente. Realmente, debido a que en 2009, 33 estados informaron prevalencias de obesidad del 25 por ciento o más, y solo una afección informó una incidencia <20 por ciento. Ha habido numerosos enfoques para tratar la obesidad, tales como dietas de moda, programas de ejercicio basados en incentivos y operación de bypass gástrico; nada de eso fue lo mejor. En un modelo murino, se ha demostrado que la mayor parte del microbioma intestinal está formado por dos phyla bacterianos, Bacteroidetes y Firmicutes, y la abundancia relativa de ambos phyla difiere entre ratones obesos y delgados; el ratón gordo tenía un mayor porcentaje de Firmicutes en Bacteroidetes (50% más) en comparación con el ratón magro. Los mismos resultados se valoraron en personas obesas en comparación con sujetos delgados. La explicación postulada para este hallazgo es que Firmicutes genera un metabolismo más completo de un determinado suministro de energía que los Bacteroidetes, promoviendo así una absorción más efectiva de carbohidratos y el consiguiente aumento de peso. Los investigadores pudieron demostrar que la colonización de ratones seniles junto con un microbioma intestinal de ratones pesados resultó en un aumento de la grasa corporal general de los ratones receptores a pesar de la falta de cambios en la dieta. Lo contrario, que colonizar ratones con obesidad mórbida junto con el microbioma intestinal de los ratones delgados, lo que resulta en una disminución de la grasa corporal total de las ratas, aún no se ha completado. Otros posibles mecanismos en los que el microbioma intestinal afecta la obesidad del huésped incluyen la inducción de inflamación de bajo grado junto con el lipopolisacárido, la regulación de los genes del huésped responsables del gasto de energía y la memoria, y la comunicación hormonal que involucra al microbioma intestinal junto con el huésped. Esta revisión analiza cómo la conexión entre el microbioma y la obesidad y los mecanismos sugeridos donde se supone que la microbiota intestinal afecta el aumento de peso.
Artículo completo: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22064556/